Aquella Vez: Que no sucedió
El mundo no gira alrededor de mí, pero nadie me lo había dicho.
Era la mañana del 15 de septiembre de 2010, un día que prometía ser inolvidable, pues en esa misma fecha, 18 años atrás, salí de la panza de mi madre. Le añadí una camisa de manga larga con botones al uniforme escolar, el cual ya incluía una polo, para marcar este día como uno especial.
Mis braces, uniceja y yo estábamos convencidos de que mis compañeros de clase me iban a celebrar con una fiesta de cumpleaños. Ninguno me felicita, no lo forcé, para no arruinar sus planes de asombrarme. A este punto estoy pensando “¡Qué buenos actores!”.
Cada vez que sonaba el timbre para cambio de clases, se me aceleraba el corazón. Mentalmente practicaba cómo actuar sorprendido. Me tomaba mi tiempo recogiendo mis cosas y llegaba unos minutos tarde a cada clase para que les diera tiempo de preparar todo. Aún nada, qué raro…
Llega la hora de almorzar.
Mis amigos y yo caminamos a Burger King, mi espalda sudando, pero a mi mente y emoción no les importaba, quizás me iban a celebrar después del almuerzo.
Quisiera estarles mintiendo cuando escribo esto, pero sin darme cuenta, puse mi celular en la bandeja de comida y lo boté al basurero cuando termino. No me doy cuenta hasta que llego a la escuela a tomar un examen de matemáticas.
Yo era bien llorón.
Comienzo el examen y no puedo parar de pensar en mi celular, que probablemente costaba menos que lo que me comí en Burger King. Escribo mi nombre en la prueba, no contesto nada y la entrego llorando. Entréguenme el Emmy por el papelón que estaba haciendo.
Llamo a papi, camino a Burger King y mientras yo lloro afuera, papi se mete al basurero a buscar mi teléfono, solo para encontrarlo riéndose de mí sin llamadas ni textos perdidos.
Al fin del día, nunca me celebraron en la escuela, mi celular olía al menú completo del Rey de la Hamburguesa y mis ojeras llegaron a casa antes que yo.
Aunque la primera parte de mi día no fue la mejor, terminó siendo un buen día. Mi familia y amigos de la iglesia me festejaron luego. Mi error fue construir una expectativa en mi cabeza sin margen para cambios.
Lo que esperas quizás no llegará con globos y un pastel. Puede ser que llegue en forma de espalda sudada, celular en un basurero y una buena reunión en Fuddruckers, pero aún así puede ser inolvidable.
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¡Ay Kevin de mi corazón! ♥️
Benditooooo 🥺😂